24 febrero 2010

ACTIVIDADES DE VERANO

Después de una larga siesta, llegado este tiempo ya empiezo a asomar el hocico entre las rendijas de las peñas y las paredes. Siento próxima la primavera y los socios de mi Peña haciendo planes para viajar hasta el pueblo en la también cercana Semana Santa y salir al campo el día del hornazo.
En este primer encuentro podéis hablar sobre como montarlo para el verano, pues ha llegado a mis oídos algo importante sobre actividades musicales.
En mi Peña hay socios con múltiples aficiones, pero las que mejor encajan son las musicales, por tanto, querido Andrés,…. vete desempolvando el acordeón que estamos deseosos de oírla este verano, porque a ese instrumento tú lo haces hablar.

Para el siguiente verano ya contrataremos la orquesta que veréis en este video:

21 febrero 2010

EL JUEGO DEL TANGO


Con el título recuerdos del lagarto se recordaba otro día una artimaña utilizada para encontrar una cosa perdida invocando el nombre del lagarto y, entre otros se citaba a “las vistas”
La vista era el dibujo que venia en las carátulas de las cajas de cerillas y que los chicos de entonces coleccionaban para jugar al Tango. Era un juego de chicos (no de chicas) muy popular en aquellos tiempos:
Consistía en colocar bajo una piedra de forma rectangular de unos 15 cm de alta la cantidad de vistas que acordaran los jugadores. Esta piedra se llama el tango.
A una distancia, entre 5 y 10 m. se lanzaba con una sola mano, otra piedra de forma redondeada y plana de unos 5 cm. grueso por 10 ó 15 diámetro. Esta piedra se llamaba la china.
Bien: Pues el lanzamiento de la china debía desplazar al tango para ocupar el espacio de las vistas.
Rara vez ocurría semejante carambola, pero el impacto de la china con el tango esparcía las vistas y el tango. Y aquí estaba la esencia del juego.
Las vistas que quedaban bajo la china o más próximas a ella, pertenecían al jugador y las que quedaron mas cerca del tango, pertenecían al tango.
Las que pertenecían al tango se volvían a colocar nuevamente como al principio.
Entonces se efectuaba otro lanzamiento y se ponía muy atractivo el juego que empezaba a ganar interés, porque los espectadores se implicaban haciendo de jueces para opinar si las vistas estaban más cerca de la china o del tango. La mayoría de las veces influidos por la simpatía que se tuviera por un jugador más amigo que otro.
Y así volver a empezar hasta que un jugador quedaba “arruinado” y no le quedaban mas vistas para apostar y por tanto no podía seguir jugando.


La cachera. El marro. La rueda de los caballos. Los hoyos. El laurel. Un dos tres carabá-carabá, y seguro que alguno más habrá, son nombres de otros juegos muy habituales que entonces se practicaban y que pocos integrantes de esta Peña recordarán

Es una lástima no poder ilustrar esta explicación con vídeos o fotografías. Pero entonces la fotografía no estaba tan a mano como ahora y el vídeo no existía.

18 febrero 2010

QUIEN TE VIO Y QUIEN TE VE.


A ver quien es el valiente que se sentaría ahora en este rincón que se ve en la foto que acaba de llegar, y que fue tan chistoso y tan caluroso hace poquito tiempo.
Hay que echarle imaginación para recordar que hemos estado ahí tomando cervecitas frías y en manga corta hasta las 2 ó 3 de la mañana de tertulia.

07 febrero 2010

EL JUEVES MERENDERO

Esta semana que entra tiene un jueves. Todas las semanas tiene jueves. Que cosa mas normal si no fuera porque se trata del Jueves Merendero.
Ya entrados en el mes de febrero fecha en la que aparecen días primaverales que yo desde mi escondrijo lo voy sintiendo.
El Jueves Merendero es el día que yo empezaba a tomar contacto con la nueva naturaleza pues los chicos de este pueblo tenían costumbre de celebrar este distinguido Jueves saliendo al campo, me ayudaban a despertar del invierno con el alboroto que producían.
Era un día festivo y de mucha ilusión, aunque por la mañana tuviéramos escuela, pero aquí se iniciaban los planes:
“Nosotros vamos pal Puente.”
¿Pa donde vais vosotros.?
“Nosotros pal Molino.”
Luego terminaríamos todos revueltos, chicos y chicas, y era muy corriente bajar por la orilla del rio Espundias abajo hasta el Picón del Corzo o hasta Singuilina, desde donde se iniciaba el regreso. Pero esta aventura era cosa de chicos. (Las chicas regresaban antes)
Estos eran los proyectos de los mayores. Los mas pequeños iban a la Peña Resbalina o se quedaban por el Cotorro.
Todos regresábamos a casa rendidos y el lagarto quedaba otra vez tranquilo y muy agradecido de recibir la visita de los participantes en el Jueves Merendero