18 octubre 2011

NO TENÍAN MALA LECHE





Cuando se parte de una buena materia prima, el resultado final del producto elaborado tiene que ser de buena calidad.
Según parece la leche que se ordeña en verano es de peor calidad que la de invierno y primavera. La explicación será que, en verano no hay pastos verdes para alimentar a las ovejas.
No obstante la leche que, en pleno mes de agosto aportaron Pedro y Coro para hacer el queso, debió ser de muy buena calidad porque, a pesar de la inexperiencia de la “quesera” y las condiciones de elaboración, éste salió adelante. (Iban a darle el trastesón -creo se que llama así-)
Por tanto atribuiremos el éxito del resultado final a que Pedro y Coro tienen buena leche.
Los momentos previos a su elaboración, no estuvieron exentos de preocupación y nerviosismo, pues los efectos deseados no se producían según los consejos dados de los que se había tomado buena nota.
A saber: temperatura de la leche. Cantidad de cuajo. Tiempo de reposo.
Se habían calculado estos detalles de manera que la cuajada estuviera lista en el momento de iniciar el desfile, pero viendo que el proceso no evolucionaba y el tiempo se echaba encina, comenzó el desánimo de los actores.
Para esta descripción utilizaremos lenguaje de carreras de Formula1, aunque fuéramos a paso de tortuga.
Ya la carroza fuera del hangar donde había sido montada, la “quesera” miraba impaciente la caldereta de leche que seguía tan líquida como el agua. De otra parte se esperaba la presencia de Juan y Maribel disfrazados de tío Leandro y tía Catalina, que no daban llegado.
Con ese panorama se preveía un fracaso y con los nervios a flor de piel el piloto que tenía que conducir la carroza se le oyó decir varias veces que el próximo año no se comprometería en semejantes empresas.
Afortunadamente Juan y Maribel llegaron a tiempo, se metieron rápidamente en sus disfraces y se acomodaron en la carroza, pero la leche seguía estando totalmente líquida.
Con el tiempo pisándonos las ruedas salimos de boxes en con destino al punto de concentración y nos colocamos en la parrilla de salida que previamente Ignacio había organizado y asignado a cada participante.
Debido al bacheo de la calle, el líquido blanco se agitaba en el interior de la caldereta durante el trayecto y, como si tuviera vértigo de mareo se fue reposando tanto que, al llegar se había convertido en una semisólida masa, lista para ser prensada en los aros de madera que iban a ser el molde para su trasformación en queso.
Resumiendo. Todos los participantes; todos hicieron una impecable carrera que se recordará durante mucho tiempo. Todos tuvieron recompensa porque, hasta sin haber participado, en la gala de disfraces, la Peña obtuvo un premio. Premio que luego tendríamos el placer de degustar.
Como ya se ha dicho otras veces, esta Peña vale mucho, y aprovechando el tirón se puede dar continuidad a esto para montar una industria, alimenticia, o de actividades recreativas.
(Aunque con esto nos terminaría pasando lo que a la Lechera y su Cuento).

5 comentarios:

Manuel dijo...

Queda claro que Pedro y Coro no tienen mala leche.
Interesante, curioso y ameno relato de cómo fueron los preparativos de la puesta en escena de la carroza del queso e hilado con rueca y las vicisitudes hasta llegar a la parrilla de salida. Estoy seguro que cada uno tendrá sus propias anécdotas de los preparativos y momentos previos a la salida con su disfraz, papel y utensilios requeridos. Animo a que alguien más imite a El Lagarto y nos cuente sus experiencias, pues a la vista está que pueden ser tan divertidas como llenas de nervios.
Me queda una duda: ¿El queso o quesos resultantes, se les dió luego el tratamiento adecuado siguiente de curación y se degustó o sigue curándose?.
-Manolo-

Anónimo dijo...

Digamos más bien que son sus ovejas quienes tienen buena o mala leche, pues, si entramos en personalismos, recuerda amigo lagarto que uno de los mencionados puso el grito en el cielo cuando se propuso lo del pasacalles intersisesta, yo estaba allí, Pedro acabó recibiendo no precisamente un abrazo- todo broma-.
Ahora h reparado en la foto y veo que una de las patas del soporte de la tabla donde se prensa el queso va dentro del cubo. Eso ha de ir así, o más bien fue un error de cálculo, o de espacio. Un abrazo Salva

Anónimo dijo...

El que dirige la página donde se aloja este blog, premió virtualmente a dos comentaristas por su destacada participación durante el curso pasado, mientras que él no deja pasar ni un relato de ninguno de los blogueros, sin dejar un agradable y estimulante comentario.
No se sabe quien pronunciará el pregón en las próximas fiestas de San Lorenzo, pero te recuerdo, amigo Manolo, que tú estás nominado para ello, pues así lo escuché la noche de la gala de disfraces.
Recuerdo que en éste se publicó el pasado 1 de septiembre “las migas” junto con una foto de Angelita y José Manuel, mostrando una ración del queso tierno manufacturado el día anterior. Por tanto no le dimos tiempo ni a que se tomara la sal.

Salva, cuidado con las propuestas que haces. No es extraño que Pedro se encabrite si le fastidian la siesta. Él debe cuidar muy bien sus ovejas para que continúen dando buena leche.
No hubiéramos elaborado el queso con una leche que ha estado en contacto con la cochambrosa pata de la mesa. Ni error de cálculo ni de espacio. El carpintero que construyó la mesa, para darle estabilidad, colocó la primera pata demasiado adelantada y dejó la superficie del tablero muy horizontal, de tal manera que el chorrito de suero procedente de la presión de la cuajada, caía con poca gravedad y se babeaba por debajo de la canalización cayendo en el suelo. El “mesero” sí cometió un error de cálculo.
El contenido del cubo donde está metida la pata es suero, al que no le dimos ninguna aplicación. El próximo año continuaremos la cadena de producción y de este resultado haremos requesón.
(Saludos Paco)

Ángela Hernández García dijo...

El queso estaba rico, con lo cual la leche era buena. En cuanto al piloto que conducía, no puede abandonar a los lagartos. ¿Que seria de ellos cuando surjan los problemas?.
Todos sabemos que él el lagarto ingeniero y por eso confiamos en él.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Nadie imaginamos que pasarais por esos problemas, mas bien parecia que habiais estado ensayando todo el año de lo bien que salió todo....Bonito el relato. Rosa.