17 octubre 2012

LOS GUANTES



Un buen amigo escribía un comentario a una de las entradas publicados en este Rincón, por otro amigo diciendo que, nuestros relatos no debían entrar a discutir asuntos sociales o políticos, porque en esa línea no íbamos a resolver ninguno de los problemas por todos conocidos a los que nos ha llevado los dirigentes. Y con muy buen criterio, creo yo,  aconsejaba que nuestros relatos deberían estar destinados al entretenimiento, sin complicarnos la vida, que bastante entristece escuchando o leyendo los noticieros.
Pues haremos lo posible para que este blog El Lagarto de vez en cuando soporte alguna entrada y mantenga un mínimo de actividad que justifique su existencia, aunque sea con temas divagantes y, en este caso me toca contar  una agradable anécdota personal vivida este verano en la Peña con el primer amigo referido al principio:
Muéstrame tus manos. Que talla tienes.  Mira, pues ni idea. Es que veras: ven. Pruébatelos. Si te quedan bien te los regalo.
Sabido es que los guantes se usan para protección de las manos: en el trabajo, también como complemento de vestuario y sobre todo contra el frío.
En condiciones de frío extremo, por ejemplo conducir una moto los días de invierno son necesarios guantes de mucha protección, con lo que se pierde sensibilidad al tacto. Esta pérdida de sensibilidad es ventajosa en caso de una posible caída puesto que siempre vas con las manos por delante y es lo primero que contacta con el suelo, así es que bendito sea este inconveniente.
En verano sobraría esta prenda, así como toda la ropa que lleva encima el motorista. No obstante hay que proteger el cuerpo del impacto de mosquitos, el roce del aire y rozaduras por posibles caídas.
Los guantes que probé ese día y que se adaptaron como si estuvieran hechos a medida, me han acompañado durante muchos kilómetros y protegido perfectamente porque son ideales para este tiempo intermedio entre el calor y el frío.  Tienen el espesor suficiente como para que no pase el aire, son antideslizantes, y aunque el aire que escapa del parabrisas cuando no adoptas posición aerodinámica empuja mucho hacia atrás, estos guantes se adhieren al manillar y te mantienen sujeto como una ventosa.
Por lo tanto amigo, y aunque siempre lo hago, esta última temporada he llevado con mucho agrado tu recuerdo en mis manos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

amewstrcLagarto, eres un tipo afortunado. No sé que les das, pero siempre te tienen en el recuerdo. Dile a ese amigo de tu peña(que también es mía)que el próximo verano recuerde que también ahy más gente que circula con moto. Díselo.
Además, amigo Lagarto, me doy cuenta que en ocasiones detalles aparentemente insignificantes logran hacerte feliz. Por esto, incido de nuevo en tu fortuna, pues, no todo el mundo encuentra ese punto de grata felicidad en esos guantes que te dio tu amigo. Un abrazo. Salva.

Manuel dijo...

Aunque sea repetirme, afirmo una vez mas, que es una suerte y orgullo tener en la Zarza virtual , los blogueros, comentaristas y colaboradores que tenemos.
Manolo