14 marzo 2012

YA HUELE A HORNAZO EN EL PUEBLO

Estos días de marzo (que no parecen hermanos de los pasados febrero y enero), se han vestido con otra indumentaria luminosa, alargada, brillante, y alguien ha “girado el mando de la calefacción” en consecuencia el ambiente ha cambiado, la temperatura es ideal, no molestan las moscas y, creo que si entrara por el seguro, los médicos recetarían a los enfermos pasarse estos días por aquí, pues sería una buena medicina para la salud.
Nuestro pueblo que siempre recibe de muy buena gana a los están fuera, se alegra de verlos por sus calles, y ya empezamos a encontrarnos por aquí. Acoge también a otros visitantes en la Casa Rural. Los que no tienen ocupaciones, se dedican al descanso y al paseo. Otros a preparar el huerto par recoger el fruto en verano, y con cualquiera de ellos resulta muy agradable tener un rato de conversación, comentando como ha transcurrido el periodo invernal y los proyectos que cada uno tiene para organizar los próximos días del hornazo.
La Peña El Lagarto fiel a sus principios y manteniendo su espíritu en alto, advierte la proximidad de estos días, al igual que lo hizo el Jueves Merendero, Carnavales o cualquier otras fechas que recuerden las buenas viandas.
La primavera aun no ha llegado, pero se siente muy cercana y el sitio de nuestras reuniones y actividades nos está esperando.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hummm!!Qué rico huele!!!. A ver si esos días de meriendas, hace tan bueno como ahora.Deja fijo el termostato para cuando vayamos, eh?Lagartito....

Manuel dijo...

Sí, Sí, ya huele rico, el olorcillo llega hasta La Zarza virtual.
Para que el dia del hornazo fuera completo, habría que recuperar, ya que en recuperaciones tradicionales anda el ambiente, la procesión de "El Encuentro" como ya Paco ha sugerido en más de una ocasión, y nadie le hemos hecho caso. No sería nada difícil. ¿Qué dificultades supondría? Pocas o ninguna. Querer es poder.
-Manolo-

Anónimo dijo...

El Hornazo: Ese maravilloso tesoro que tanto añorábamos de niños ( digo de niño, porque desde entonces no he vuelto a la Peña Resbalina a comerlo) esperando impacientemente la llegada de se día especial de esparcimiento para disfrutar de lo lindo con el ambiente que se generaba entre las gentes que acudían a ese lugar con tal encanto, que nos hacía sentir en el cielo.
Personalmente creo que para los niños era el mejor o uno de los mejores días que pasabamos en esa especie de comandita festiva.
A lo largo de mi vida, he comido hornado muchas veces, unas encargado personalmente a un amigo panadero que tengo y me lo ha hecho como yo se lo he pedido, otras en pueblos donde he tenido la oportunidad de adquirirlo; pero como el de mi pueblo, con su olorcito, su perfume y su entrañable recuerdo, niguno; y, creo que no lo hay como aquel. ¡Qué recuredos, madre mía...!
Agradecerte este recuerdo, sería quedarme corto, pero como tampoco me quiero pasar; pues, un ¡Hurra...! y, gracias, amigo.
¡Cómo me gustaría estar ese día entre vosotros...!
Lagarto: me has vuelto a mi niñez.
Luis