Acostumbrados a verlo no tiene mayor importancia que la referencia de orientación desde el pueblo y de cualquier parte del término municipal, ya que es el punto mas relevante del área del municipio, dada su extensión y su altura.
Sin embargo recorriendo su cumbre se disfruta de un paisaje muy diferente, sobre todo estos días calurosos de primavera, que se ha producido una explosión de colores en la vegetación y los animalitos andan a su aire después del sueño invernal.
Desde allí arriba apetece disparar la cámara en todas direcciones sin ton ni son para memorizar la alfombra multicolor a tus pies, en la que parece que los árboles han sido colocados como macetas para pasear entre ellas.
No obstante para este fotógrafo no se cumple el dicho de que una imagen vale mas que mil palabras, (pues a los resultados me remito.
Los Navazos, cuyo nombre según parece no procede de que su superficie fuera rica en la crianza de nabos, aunque asociemos esta palabra al criadero o producción de dicha hortaliza, si no que se le debe a que, durante los inviernos de antes, era aquí donde se veían las primeras nevadas, donde mas cuajaban y mas tiempo permanecían. Entonces lo conocían como el teso de los nevazos y por el motivo que sea ha ido degenerando hasta ahora. Es una de las muchas cosas que contaba mi abuelo (el tío José de la tía María) (–ya ha llovido-)
Este Teso, unido al Teso Grullo forman una minisierra de dos minidientes que hacen de límite con el municipio de Mieza
El Teso de los Navazos también es un referente de El Tejar. Pues cuando se habla del Tejar siempre uno se sitúa en Los Navazos. El Tejar era una factoría de cerámica situada en la ladera del Teso junto al camino de Mieza, y de la que hoy apenas quedan unas ruinas, Hemos conocido el edificio pero ya fuera de producción.
Al entrañable Teso, también a día de hoy se le siguen atribuyendo referencias meteorológicas, pues en temporadas borrascosas, a los pastores y la gente del campo le sirve de veleta indicadora sobre la proximidad de lluvia. “Busquemos abrigo que viene lloviendo, pues en el Tejar ya está cayendo”.
Lo mismo ocurre con la Sierra de Cerezal, que cuando se acerca la nube es donde primero se ve llover.