Si la semana empieza el lunes
y termina el domingo, hay un día que la divide en dos partes. Ese día es el
jueves. Estas dos mitades imaginarias nos dan sensaciones contrapuestas: lunes
martes y miércoles se nos hace cuesta arriba; y viernes, sábados y domingos
cuesta abajo. En medio queda el jueves.
Aunque en este contexto es un
día indefinido, (pues no es cuesta arriba ni cuesta abajo), vamos a darle
importancia al jueves.
Si será importante el jueves
que se decía de él que durante el año había tres jueves que brillaban ms que el
sol: Jueves Santo, Jueves de Corpus y Jueves de la Ascensión. Cómo han cambiado
las cosas.
Hay otro jueves que se llama
el Jueves Merendero. Es el próximo que nos toca vivir en la actual semana.
Importante este día que se celebraba en
nuestro pueblo y zona de alrededor, con mucha participación, saliendo al campo
para comer la merienda.
Con notable sentimiento hay
que recordar este día del que ya no queda chiquillería ni juventud que, con su
alboroto rompía la paz y el silencio del campo esa tarde del Jueves Merendero.
El recorrido más habitual de
la excursión transcurría desde el molino del tío Manuel hasta el Puente de
Robledo.
El Jueves que aparecía
lluvioso, nos acogía el tío Manuel en los casillos donde guardaba sus burros
que utilizaba para transportar los costales de grano y harina.
Allí las chicas imitaban
representaciones teatrales y los chicos éramos espectadores. También entre
otras cosas, nos dedicábamos a coger y comer anodejas: un tallo tierno con forma de cebolleta que brotaba en la
proximidad de la primavera.
Este próximo jueves es el
Jueves Merendero y si Dios quiere lo celebraré con un paseo hasta la Peña
Resbalina, otro lugar que era habitual ese día para los más pequeños que asistían
a la escuela de párvulos.
Si alguien más se anima a
participar de esta tradición, dejaremos constancia
grafica de dicha actividad.
Feliz Jueves Merendero