La mole de granito que emerge del suelo, rota en tres trozos y abandonada a merced de los zarzales que se desarrollan entre sus aberturas, es la peña de Peñainchosa, como sobradamente conoce y sabe la gente del pueblo.
Esta palabreja tan fea para los de fuera y rara para escribirla, pero tan familiar y entrañable para los de dentro, es la que da nombre al paraje donde el Creador la situó, -Peñainchosa- y procede de la frase que pronunció la Virgen María cuando era perseguida por los moros que, viéndose a punto de ser apresada dijo: “ábrete peña dichosa”. Ésta obedeció al instante y escondió en su interior a la Virgen, protegiéndola de una segura captura por parte de los perseguidores.
Una vez pasado el peligro, la roca se abrió en la forma que ahora muestra, para dejar que la Virgen continuara su camino, el cual según se cuenta, concluyó en la Cueva de Santa Marina (o Santamarina cueva que aún se conserva), cercana al Convento de la Verde en el poblado del Salto de Aldeadávila.
Sobre esto hay una amplia leyenda, pero dejaremos su explicación para los investigadores que le gusta escribir sobre el tema en cuestión.
Solo diremos que en el pueblo aun vive gente que escucharon relatos directos de antecesores recientes sobre apariciones en esas laderas de Peñainchosa que forman el cauce del regato.
El que esto escribe oyó varias veces como la tía Catalina del tío Leandro (que vivían junto al reloj, -precisamente los imitados en la carroza de nuestro pasado desfile-), contaba su experiencia cuando ella vio desplazarse a la Virgen por la zona y, que como aquí no se valoraron esas apariciones, se fue a Fátima (Portugal) porque allí eran mas cariñosos y tenían mas fe. Pero vale:
El caso es que según parece la Junta de Castilla y León, a propuesta del Obispado de Salamanca, va a subvencionar la rehabilitación y acondicionamiento de este lugar, construyendo una ermita, un altar, o algo parecido para que permanezca el recuerdo de tal acontecimiento y no sea olvidado.
Si el Obispado de Salamanca tiene intereses religiosos, La Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León tiene interés en crear un nuevo reclamo turístico a las puertas de la zona de Arribes para potenciar la promoción de esta área arribeña que tan de moda se está poniendo.
Esta iniciativa será muy beneficiosa para el pueblo que, si bien todo progreso es bueno para la gran mayoría, siempre hay una minoría perjudicada. En este caso será el propietario de la finca donde ha quedado cercada dicha roca después de la concentración parcelaria, ya que le será expropiada una buena parte de su terreno.
Cuando concluya este proyecto nuestra Peña del Lagarto, y aunque solo sea por afinidad, algo tendrá que celebrar.