Quedaron atrás los
días lluviosos y las inundaciones que nos tocó soportar durante la
pasada Semana Santa, y el tiempo continúa imparable hacia el verano y nuestro
San Lorenzo, cuyo programa de festejos, según parece está muy avanzado. Ya han
decidido y publicado el nombre del Pregonero. Una persona que durante su
estancia entre nosotros, afectó a varias
generaciones de jóvenes hizo una marca imaginaria desde antes a después. Ese después sigue vigente ahora valorado muy
positivamente por los que ya tenemos edad. Así es que: querido D. Miguel Ruano, La Peña el Lagarto
está deseando escuchar tus palabras y tenerte de nuevo entre nosotros, aunque
solo sea un ratito.
Por otra parte nuestra Peña ya debe tener asignada alguna
función en cuanto a colaboraciones, al mismo tiempo que sigue madurando la
idea pensada para el desfile de peñas.
Si antes hace poco nos tocó soportar los días lluviosos,
ahora nos toca disfrutar de una primavera excelente. Mientras el pueblo mantiene el mismo color de
sus calles y casas, el campo por donde mejor me desenvuelvo, se ha vestido de
verde y estos “eternos” días del mes de
mayo es un placer contemplarlos desde el aire, aunque sea con los pies en el
suelo.
Otros de nuestros vecinos que disfrutan el espacio aéreo del pueblo,
como aguiluchos, cigüeñas hasta buitres de enorme envergadura, venían a rodearme, no sé si por curiosidad, por temor,
o para ahuyentarme de su territorio. Las cigüeñas hasta casteñeaban
insistentemente con su pico cuando notaban mi presencia en el aire. Nunca
llegamos molestarnos mutuamente, aunque en algunos momentos temiera la posibilidad
de una colisión. Era muy divertido verlos volar a mi alrededor.