Hace dos meses por estos días
estaban llegando lagartos y otros veraneantes al pueblo y todos estábamos
ocupados preparándonos para celebrar las fiestas de San Lorenzo que este año se
han prolongado mas de lo habitual. Durante esos días pasamos calor pero por la
noche tuvimos que soportar el indeseable aire de arriba tan frio y malo que seca
hasta los manantiales.
Ahora ya hace casi un mes que
las hemos dejado atrás. Todos han regresado y todo vuelto a la normalidad. Empezaremos
a pensar en las próximas; y a estas alturas del mes de septiembre estamos
sufriendo un calor extremo que como siga así se hará insoportable.
Donde se habrá metido la
señora que no hace mucho hablaba de las bolsas de aire frio. Ahora quería yo
verla.
Los treinta y cinco grados a
la sombra que hay a esta hora de la tarde (20:00) y con el fuego que acaba
declararse en la cercana frontera portuguesa impresiona salir a la calle.
Las columnas de humo son
visibles de muy cerca. Desde el paraje camino del Candeneo, se ve el pueblecito
de Lagoaça rodeado y las llamas que, si desde aquí se distinguen, estas deben
ser infernales.
Y desde el barrio de la
Trinchera, parece que el fuego amenaza a nuestro pueblo. Vamos a pensar que no
llegará hasta aquí porque el rÍo Duero cumplirá como un excelente cortafuegos.