Un buen amigo escribía un
comentario a una de las entradas publicados en este Rincón, por otro amigo
diciendo que, nuestros relatos no debían entrar a discutir asuntos sociales o
políticos, porque en esa línea no íbamos a resolver ninguno de los problemas
por todos conocidos a los que nos ha llevado los dirigentes. Y con muy buen
criterio, creo yo, aconsejaba que
nuestros relatos deberían estar destinados al entretenimiento, sin complicarnos
la vida, que bastante entristece escuchando o leyendo los noticieros.
Pues haremos lo posible para que
este blog El Lagarto de vez en cuando soporte alguna entrada y mantenga un
mínimo de actividad que justifique su existencia, aunque sea con temas
divagantes y, en este caso me toca contar
una agradable anécdota personal vivida este verano en la Peña con el primer amigo
referido al principio:
Muéstrame tus manos. Que talla
tienes. Mira, pues ni idea. Es que
veras: ven. Pruébatelos. Si te quedan bien te los regalo.
Sabido es que los guantes se usan
para protección de las manos: en el trabajo, también como complemento de
vestuario y sobre todo contra el frío.
En condiciones de frío extremo,
por ejemplo conducir una moto los días de invierno son necesarios guantes de
mucha protección, con lo que se pierde sensibilidad al tacto. Esta pérdida de
sensibilidad es ventajosa en caso de una posible caída puesto que siempre vas
con las manos por delante y es lo primero que contacta con el suelo, así es que
bendito sea este inconveniente.
En verano sobraría esta prenda,
así como toda la ropa que lleva encima el motorista. No obstante hay que
proteger el cuerpo del impacto de mosquitos, el roce del aire y rozaduras por
posibles caídas.
Los guantes que probé ese día y
que se adaptaron como si estuvieran hechos a medida, me han acompañado durante
muchos kilómetros y protegido perfectamente porque son ideales para este tiempo
intermedio entre el calor y el frío.
Tienen el espesor suficiente como para que no pase el aire, son antideslizantes,
y aunque el aire que escapa del parabrisas cuando no adoptas posición
aerodinámica empuja mucho hacia atrás, estos guantes se adhieren al manillar y
te mantienen sujeto como una ventosa.
Por lo tanto amigo, y aunque
siempre lo hago, esta última temporada he llevado con mucho agrado tu recuerdo
en mis manos.