Bueno: Pues andaba yo por aquí, como siempre
recordando lo pasado y, resulta que hace “cuatro días”, el paisaje no tenía
color, el campo estaba sediento, erosionado, polvoriento y las moscas del
verano muy cargantes y molestas.
Las Navidades se han ido muy
deprisa, el Jueves Merendero ignorado, y los Carnavales han pasado
desapercibidos. (Pero en esta época no quiero ser nostálgico ni melancólico).
Durante este tiempo los seres
vivos se han dormido pero estos días pre-primavera despiertan del letargo
invernal y empiezo a sentirme acompañado por otras especies que ya he visto
corretear por el monte entre las rendijas de paredes asolanadas. Una pareja de
cigüeñas han tomado posesión en la torre
y las golondrinas estarán a punto de dejarse ver. El campo también empieza a
cambiar de color y me agrada mucho escuchar el murmullo que produce el agua
deslizándose por regatos y laderas. Hablar de esto es una oportunidad para
quitar las telarañas al blog.
Esta transición de una temporada a otra produce cambios en el
estado de ánimo y algunas veces molestias. Las personas mayores acusan dolores
“reumáticos”.
Me acuerdo escuchar a los
hombres, nuestros mayores antepasados,
cuando decían que con estos cambios de tiempo andaban arriengados. Que
les dolía la rienga: “uyy rapaces, estoy molido de la rienga”. Nosotros nos reíamos diciendo que, qué
tendría que ver el cambio de tiempo con el dolor de espalda, y ellos contestaban:
“ya vosllegará ya vosllegará
también a vosotros”. ¡¡Pues vaya si
llega!!. Las mujeres se quejaban mas de
los cuadriles: “uyy, estoy rota por los
cuadriles”.
Seguramente los cambios de
tiempo influyen, pero la verdadera causa
era consecuencia de los forzados trabajos de unos y otros durante toda la
vida. Las mujeres iban y venían a las
pozas con el balde de ropa apoyado en un costado, la caldereta en la mano contraria y a veces
con la cántara llena de agua a la cabeza.
¡Tiempos pasados!. Lo más
inmediato ahora es la proximidad de los días de Semana Santa y la oportuna
convocatoria que nos cita para el hornazo. Cada uno acudiremos con nuestras
ilusiones. Algunos además de ilusiones
traerán el coche lleno de notas musicales para acoplar a los versos del Himno.