15 abril 2010

EL HORNAZO











Todos los años por estas fechas me siento muy bien porque recibo muchas visitas de las gentes del pueblo. En un par de días se concentran muchas personas en mi hábitat, que además de compañía me dejan de alimento los desperdicios de la merienda que traen. La chiquillería goza correteando entre las peñas, los mayores recordando cuando ellos eran pequeños y hablando de la transformación que se ha dado a parcelas y caminos.
Creo que celebran una cosa que se llama día del hornazo.
Anteriormente también recibí una grata visita coincidiendo con el jueves merendero.
Pero es que además este año se recordaba mi nombre a todas horas, porque no había un corrillo en el que no estuviera uno de mis peñistas sin que hablaran de lo hecho y lo que desea hacer la Peña en las próximas fiestas, pues por parte de todos hay mucho interés en mantener el espíritu de diversión.
Así los tesoreros Olegario y Angélica -fuera de este ambiente- habían convocado reunión de todos los peñistas (reunión “formal” sin primera ni segunda convocatoria y a falta de local en cualquier sitio –por ejemplo en su casa-), en la que se trató de mantener las actividades de fiesta. (Los detalles son secretos y el Lagarto no puede hablar de ellos).
Aunque alguno se olvidara de asistir a esta reunión, después (previo tirón de orejas) fue informado de lo tratado y de las funciones asignadas a los ausentes, a lo que asintieron sin rechistar como buenos peñistas .

Parece ser que desde aquí hasta el verano dispondremos en el pueblo de internet con cobertura para todo el pueblo. Facilitará mucho nuestros contactos sin necesidad de desplazarse a otros lugares.
Ahora que también ha llegado la TV digital terrestre, nos sentiremos como en la ciudad, pero siempre será mejor el pueblo por la proximidad al Lagarto

De momento esta reunión, estos contactos, intercambio de saludos, y deseos de pasarlo bien, se han producido gracias los señalados días que acaban de pasar y, que ya espero impaciente otro día del hornazo