Por esta zona nuestra el aire
sopla generalmente, como en todos los sitios, en cuatro direcciones típicas, y que por aquí identificamos como el aire de
arriba, -cuando es del norte o noreste-, el aire de abajo –cuando es del sur-, el
gallego -cuando vienen del oeste o noroeste-
y el serrano cuando es del lado contrario.
Según la dirección del aire,
unido a la forma que adoptan algunas nubes en las puestas de sol, indican a la
gente del campo la predicción meteorológica para los días siguientes y esto le
sirve para programar las tareas a realizar en el campo. Por ejemplo: si se
prevé lluvia, se organizan labores de siembra, si se prevé sequía hay que arar
o arrastrar antes de que endurezca la tierra, etc.
Hay un aire al que se le
tiene mucho miedo porque casi nunca
trae beneficios. Se puede decir que es dañino para casi todo. Es el aire de arriba que, cuando se pone pesado le
llamamos el siero. Este es el que nos
ha acompañado y maltratado durante los últimos días. Pues seca rápidamente el verde de primavera y aparecen los
zarajuelles, reseca la piel de los que se exponen a él, agota las fuentes y
regatos por mucho que haya llovido en invierno, endurece la tierra y la
convierte en polvorienta. En invierno es gélido y en verano asfixiante de
manera que ciertamente es odiado.
No obstante en épocas de
recolección una vez trillada la parva,
era aprovechada la fuerza de este aire para la limpia (separar el grano de la paja).
Cuando las predicciones
caseras indicaban que iba a ponerse el aire de arriba, la gente lo comentaba y se
decidía orientar los peces de parva (parvas
trilladas preparadas para la limpia) al aire de arriba para su limpia, porque iba a ponerse el siero y de ser así, éste estaba asegurado durante varios días.
El aprovechamiento de el siero para esta función, no le quita
ningún otro perjuicio, pues incluso las
mañanas del mes de agosto que eran favorables para esta labor, son muy frías y
el resto del día muy caluroso, de manera que el de Arriba que todo controla, bien
podría privarnos de él, ya que también cuando tocaba limpiar había otras
alternativas de viento y se podía orientar el pez al aire gallego que también era constante.
Otra cosita.- Esta mañana,
ahora mismo, mientras escribía esta entrada, he sido agradablemente
interrumpido por una llamada telefónica de otro lagarto. Pues al ver en la
pantallita el nombre del que llamaba me he sentido estimulado y feliz al escuchar:
¿que tal amigo?. Esta pregunta fue el
inicio de una agradable conversación, que al final terminó tratando sobre temas
de la Peña y concretamente sobre el desfile.
¡Pero si es que estos
lagartos dispersos por toda la geografía, siempre están activos para mejorar los
resultados de nuestras actividades con el mínimo esfuerzo!.
Un abrazo amigo Salva, y no estrujes
tanto tu cabeza que de cualquier forma todo saldrá bien y seguirá subiendo el
listón.