Trieste y Sola. Título de una popular canción de la tuna.
Así
puede adaptarse esta canción el día de ayer a la Peña Resbalina, lugar tan
concurrido en otras ocasiones el día de Jueves Merendero.
Este
día trae entrañables recuerdos muy lejanos al que suscribe. Tan lejanos de
cuando íbamos a la escuela de párvulos, la Patrocinio, profesora del parvulario, nos acompañaba tal día hasta las peñas del Cotorro, en excursión
para comer la merienda.
Ya
un poco mas mayores, el primer año de pasar a la escuela, íbamos hasta la Peña Resbalina, y un poco mas
mayores volábamos mas alto y lejos.
Fardel en mano que nuestras madres habían llenado de viandas, encarábamos el recorrido tradicional por el río, hasta el molino del tío Manuel, cuadrillas de chicos y chicas por separado aunque, siempre los muchachos provocábamos coincidir con ellas para molestarlas, si bien a pesar de nuestra maldad, el ambiente ese día era extraordinario.
Triste y sola estaba y triste y sola se queda la Peña Resbalina,
Que si pudiera hablar muchas anécdotas contaría del Jueves Merendero tan concurrida en tiempos pasados.
Durante un rato no estuvo tan sola. Tuvo la compañía del que hizo la foto, pero como siempre el que hace la foto nunca sale.