18 noviembre 2010

OTRA DE ANIMALITOS



Las miradas que se cruzan, los abrazos que se dan y las patitas a la cara del otro, no son precisamente síntomas de amistad y encariñamiento, sino todo lo contrario. Pues se estaban transmitiendo un odio a muerte. Se lo comunicaban mediante maullidos y bufidos perfectamente comprensibles, pero los dos eran muy valientes.
A pesar de las amenazas que se cruzaban, ninguno se atemorizaba y sin perdida de tiempo pasaban a la acción:
Lo primero un zarpazo a la cara del otro con las uñas bien estiradas. Al sentir el daño el receptor de la “caricia”, se abalanzaba sobre el contrincante y se enzarzaban a mordisco limpio.
La zona preferida para hacerse mas daño era la parte anterior del pescuezo y, para asegurar que el mordisco surtiera el mejor efecto posible, le abrazaba con la patita delantera alrededor de la cabeza para que no pudiera retroceder.
Durante la contienda, no permitían la presencia de ningún espectador, pues cada vez que me acercaba para hacer la foto, escapaban, con lo que había que disparar a mucha distancia, ó detrás del cristal de una ventana.
Bien es verdad que los asaltos se producían con mucha frecuencia y siempre en el mismo escenario. Esto facilitaba el intento de obtener una buena foto, pero debido a la torpeza para fotógrafo, (el mismo que suscribe) y a la jodía cámara digital que nunca recogía la escena al momento de pulsar, esta breve secuencia no refleja el dramatismo de agresividad con la que se enfrentaban.
¿Que por qué volvían a pelearse siempre en el mismo sitio?. Pues porque los dos venían a visitar a una gatita que vive en mi corral y querían hacerla su novia.
Ella no aparece en las fotos, porque pasaba de los dos pretendientes y andaba por allí a su bola.

4 comentarios:

Manuel dijo...

Aquí hay gato encerrado, o gata (que no se ve), pero que al parecer es por la que luchan estos gatitos. A la vista de las imágenes, se aprecia que es una pelea con modales. No se oyen los maullidos y quizá por eso esta lucha parece amañada; como si no quisieran hacerse daño el uno al otro, solo llamar la atención de la gatita y que ésta aprecie los buenos modales de sus pretendientes que saben luchar con estilo y finura.
Hasta tú, Lagarto, te has contagiado del ambiente felino que corre en estos días por los distintos blogs.
-Manolo-

Anónimo dijo...

Amigo lagarto, me gusta que trates con tanto cariño estos luchadores que lo que hacen es fingir que se pelean pero en realidad se quieren como hermanos que son,porque los conozco muy bien ,y sé que son juguetones porque son mis gatitos, o los de mis padres ,y tambien de quien les presta tanta atencion amistosa como tu,diriamos que son nuestros gatitos,y asi espero que sea por mucho tiempo.Digo esto porque varios gatos de los que han criado mis padres han sufrido el acoso de alguien que odia estos animalitos a tenor de la sospecha de la veterinaria que ha tenido que atender a tres,uno murio ,el otro aguantó una semana con vómitos sin comer ni beber y al fin se libro,por posible envenenamiento.Afortunadamente los vecinos inmediatos los aman y no corren peligro.La historia de estos dos hermanos seria muy larga de contar pero intentaré sintetizar.Su madre una gata extraordinaria y madre sin par, en todos los apectos,quedo preñada al final de su vejez.Perdia el pelo y estaba agotada por los años que llevaba encima.Aun asi se prometió,como siempre intentar parir y procurarles los primeros cuidados a los peques.Pensé que iba a morir antes de parir pero aguantó y sabiendo que le quedaban pocos dias de vida,en lugar de esconderse como en otras ocasiones parió en un lugar comodo pero visible de modo que si moria alguien los atendiera.Asi fue.Parió en el trastero junto a la casa,los amammantó .Hizo un enorme esfuerzo para sacarlos adelante hasta que una mañana su corazón se paró.los gatitos ya empezban a deambular pero apenas comian.Mis padres los alimentaron y dia a dia iban superando la adversidad,pero necesitaban a una madre y mamar.El instinto de supervivencia les llevó a mamarse mutuamente como si cada cual fuera la madre del otro.Pero les faltaba un guia y el cariño y educacion materna.Adoptaron a mis padres como si fueran su madre siguiendolos a cada paso.Han crecido enredando y procurádose el cariño que les faltó de la madre mutuamente.El de color blanco y marron es calcado a su madre y es inteligente y cariñoso a no poder más.Cuando me tumbo en el sofá se tumba sobre mi pecho para dormirse y me acaricia la cara con su garra pero con las uñitas bien escondidas.Es una auténtica joya que espero encuentre en el entorno el cariño que necesita.Solo saben jugar y nadie le enseñó a defenderse de los depredadores,no de sus congéneres, que de eso ya se encargarán, sino de quienes les odian.Espero que sigan encontrando la atencion como la del fotógrafo y otros vecinos. Félix

Anónimo dijo...

Seguro que si el espectáculo que protagonizaron esa mañana los gatitos lo hubieran hecho delante de la cámara de Félix, habría hecho un reportaje digno de ser publicado en las mejores revistas de naturaleza o incluido en los mejores documentales de TV.
(Paco)

Anónimo dijo...

Tierna historia de gatitos(hemos cogido filón). Buen documental el del amigo Lagarto y certeras las fotografías animadas.
Félix, sabes bien que cuando el amor anda por medio la rivalidad es enconada entre los amantes. Si la gata es muy bella esa es la causa de tanto fragor en la pelea.
Evidentemente, Lagarto asegura que no es muy ducho en el arte de la fotografía, pero tuvo el don del oportunismo para estar en el sitio exacto y en el momento oportuno. Eso es paciencia y también es de algún modo un mérito.
Seguro que si como dice Paco, hubiese merodeado Félix por allí, nos hubiera obsequiado con una crónica cargada de sensibilidad, pues deduzco por su comentario de los mininos que duermen sobre su pecho le inspiran un torrente de ternura.
Un abrazo, Salva.