Me llama la atención
una anécdota que, no por su importancia, sí por la observación envuelta en
inocencia infantil que hizo una niña mientras jugaba en los toboganes,
columpios y demás atracciones del parque que hay junto al pilar, que considero
cuando menos curiosa y me sugiere la idea de compartir en este sitio.
Esta pequeña de
cinco añitos mas acostumbrada a los parques de la ciudad que hay en su barrio,
disfrutaba de las renovadas atracciones del parque del pueblo acompañada de un familiar directo
mientras se recupera felizmente de una enfermedad y como todos los niños tienen
un gran sentido de las comparaciones, observó que el suelo de nuestro parque es
de hierba y no tenía arena; así comentó
a su acompañante esta diferencia.
Como quiera que esta
circunstancia ni es un peligro ni tiene mayor importancia, la acompañante para
no defraudar y tratando de seguir el razonamiento le contestó: ¡Anda, pues es
verdad!. “esto es cosa del señor alcalde. Tenemos que mandar una carta al señor
alcalde para que eche arena en el parque”.
Para algunas cosas los niños tienen una memoria
prodigiosa, pues debemos tener mucho cuidado de no prometerles nada que no
podamos cumplir porque nos lo van a recordar.
Tal es el caso de
esta pequeña que en el primer encuentro con la profesora en su domicilio, le dijo que el
primer ejercicio que tenía que realizar era
escribir una carta al señor alcalde denunciando que el parque infantil del
pueblo no tiene arena y que debía solucionarlo.
Según parece la
carta fue redactada por la pequeña con la ayuda de su profesora y debidamente
tramitada cumpliendo así la reivindicación de la niña.
Fue mi deseo
insertar aquí una copia de dicha carta para dejar constancia de esta anécdota,
pero no he llegado a tiempo porque ya fue enviada y a estas alturas obrará en
poder del señor alcalde. También
desconozco si ha recibido contestación.
3 comentarios:
Muy simpatica esta historia como todas las que nos cuenta Don Lagarto.
Que tenga por seguro esa niña que sera complacida, este alcalde y su corporacion puede con eso y mas.
Ademas creo que querian ampliarlo, pues es buena ocasion para dejar ese trozo con arena para que haya para todos los gustos.
No todos los parques pueden disfrutar de suelo alfombrado de hierba que permita amortiguar el golpe en caso de caída de algún niño, si bien, tampoco está demás una parte de arena para que se manchen y lleguen a sus correspondientes casa con la vestimenta cambiada de color y se pongan contentas las madres por lo divertido que les resulta meter en la lavadora la ropa con tanta frecuencia.
La historia muy maja, como la anterior, a pesar de algún comentario poco afín a la línea del autor.
Luis
Como esto del voluntariado lo han puesto de moda, yo mismo me ofrezco en la primera ocasión que tenga, a ir al río Uces y traer un saquito de arena nueva, pues eeste año con las crecidas habidas el río ha renovado sus arenales y hay bastante arena acumulada. Y si unos cuantos hacemos lo mismo, esa niña y sus amiguitos tendrán su parcela de arena en el parque-
-Manolo-
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