21 enero 2010

CHISTE

Durante una de las últimas reuniones que mantuvo la Peña en el local, y entorno a la mesa, se contó un chiste muy malo muy malo, dedicado al Presi. (El malo era el chiste. No el Presidente)
Era tan malo, tan malo que, los que estaban al principio de la mesa se contagiaron y tuvieron que ir al médico al día siguiente.
Casualidad que ese día no había consulta y, al siguiente ya se habían recuperado. Señal que el contagio no era grave.
A los que estaban al fondo de la mesa no les pasó nada porque no se enteraron de nada, así como los que formaban corrillos por el resto del local, que eran bastantes.
Por eso los que no lo escucharon, lo pueden oír ahora picando en el archivo adjunto.
El chiste sigue siendo tan malo como antes, pero por este medio no hay peligro de contagio.

5 comentarios:

Manuel dijo...

Pues no es tan malo el chiste; tiene su gracia. Lo que pasaría por lo que comentas, que algunos no se enterarían de la gracia final, ya porque andarían a su bola, ya porque estaban en la otra punta de la mesa y no se enteraban, ya por el chupito de más que les ralentizaba la audición y por ende la comprensión, que sólo a la risa de los atentos reacionarían… ¿de qué se ríen tanto por allí?... ¿de qué va la cosa?...
Bien, a ver si los peñistas se asoman por aquí y dejan aunque solo sea un saludo, que El Lagarto no muerde, tiene buenas formas, sabe estar y además con un trato exquisito que para sí quisieran muchos...

Saludos, -Manolo-

Maria dijo...

Bueno, ya he pedido cita para el medico porque se me ha contagiado pero muchomucho

Anónimo dijo...

¡Ahora sí! Ya lo he podido ver; ayer en cambio no había manera, no sé porqué no se habría. Será cosa de los duendes.
El chiste no es malo, tiene su aquel...
Ahí va otro en parecida línea:
Un matrimonio llevó a bautizar a su hija. Cuando ya junto a la pila bautismal el cura preguntó el nombre que le querían poner, el padre respondió "Taípegao". El cura se extrañó un montón, pero como hoy día se ponen nombres tan estrafalarios, bautizó de mala gana a la criatura como Taípegao. Los padres se quedaron estupefactos y al acabar la ceremonia, la madre entre sollozos y el padre muy cabreado se dirigieron al cura: ¿Pero es que está loco? ¿De donde se ha sacado semejante nombrajo?
El cura respodió: Yo me he limitado a ponerle como se me indicó: "Taipegao".
A lo que dijo el padre: ¿pero es que es tonto ó qué? Yo le dije "tá ahí pegao", y señaló la muñeca de la niña en la que había una cadenita con un nombre: María Isabel.

(Agustin)

Anónimo dijo...

Pero ¿que coños pasara con este jodio chiste que ahora el que no lo puede ver soy yo?
¡¡Pero mira que lleva dao guerra!!
Desde luego es malo, malo, malo de remate. ¿Terminará contagiando los ordenadores?
(Paco)

Anónimo dijo...

Al final pude escuchar el famoso chiste....!! Gracias :)

Marga